21 de noviembre de 2015

Parte

... de la verdad de todo esto. A veces suceden cosas, que son malas y te entristecen. Sabes que parte de la culpa es tuya, no entera, pero sí una pequeña parte. Eres consciente, y sabes un caso hipotético para que salga bien, pero no puedes compaginarlo con tu vida porque supondría prescindir de muchas otras cosas y el mal que provocaría sería peor. Por eso sólo la cumplirías en parte y el objetivo se lograría en parte.
Pensar esto es frustrante. Muy frustrante. Porque tienes un problema, todos los datos y las herramientas necesarias.Hasta tienes ganas, motivación para resolverlo. Pero no puedes resolver ese problema. No puedes, porque no sabes y nadie puede decirte eso.
Luego, con todo eso en la cabeza, llega alguien. Alguien que te aprecia y que no le gusta verte triste. Y al verte y tú decirle que estás triste, trata de animarte. Estas personas hacen discursos, algunas veces llegan a ser tediosos. Su intención es buena, pero al final, te parece más un discurso para el mismo, más que para alegrarte a ti y hacerte sonreír.
En este discurso te suelen decir lo que ya sabes. Donde está el fallo (en ti) por si no te habías dado cuenta. Luego, maneras de solucionarlo (en las cuales tú también has pensado). Pero en conclusión acaban llegando a la misma que tú llegaste antes. Y entonces hay que decirles que eso es un caso imposible. Lo entienden, y algunas veces, aunque subrayo que todo lo hacen con buena intención, se les ocurre decir pues acepta que no puedes y punto, es un " ríndete" suave, inconsciente y doloroso. Lo dicen porque, al igual que tú, ellos tampoco ven una solución, pero como quieren animarte dicen una salida que ven al problema, que es dejarla pasar. Rendirse nunca se debería considerar solución. Abandonar no es una solución.
De estas personas podemos decir que no son buenas haciendo discursos y aquí va un consejo para ellas, de vuestra parte: "a veces no se necesitan palabras para arreglar problemas. Ni encontrar soluciones a otros. Porque si el problema es del interior. Solo compartiendo el silencio y un simple abrazo el interior se cura. No preguntéis porqué, pero es así. Muchas veces sólo una expresión de cariño, y ella sin ninguna otra cosa, es capaz de solucionar problemas grandes como el mundo. Es más, se podría decir que soluciona mundos. Mundos interiores, individuales y dependientes del exterior. Quizá para calmar una ruidosa tormenta, no hagan falta más voces, más sonidos. Sino una silenciosa demostración de amor".

2 comentarios:

  1. Si el silencio no solo cura, sino que fortalece la vida y da mayor sentido a ella.

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