Con arena hice un castillo,
las olas del mar engulleron sus almenas,
y yo con mi pala reconstruí sus murallas.
Con fervor hice un castillo,
los pies de un niño aplastaron sus torres,
y yo con mis manos reconstruí sus adarves.
Con porfía hice un castillo,
los días pasaron olvidando sus esquinas,
y yo con nostalgia reconstruyo sus rincones.
"¡Bienvenido a la hora del té! Te estaba esperando. La Liebre acaba de llegar, y el lirón ya está roncando.": te dice el sombrerero. "Empezó a las siete en punto y un segundo":aclara la Liebre. "Hey, no te sientes, ¿quién te ha invitado?": te reprocha el sombrerero. "Habrá sido el lirón":contesta la Liebre. Y el sombrerero te mira y te dice: “Pero si los lirones no hablan. Solo cantan. Huy, detecto síntomas de locura. Sí, estás majareta, ¿pero te digo un secreto? Las mejores personas lo están.”
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