Maldito sea el sabor que otorgas a mi boca,
que de tal dulce desdicha se empalaga.
Maldita sea la dichosa cumbre de nieve que adorna
tus montañas, donde habita la bruja más malvada.
Maldita sea tu hermana la espuma,
que de entre las olas sale y te azota.
Más, qué sería el mar sin ella,
sino el agua que se lleva los restos de tu causa.
Maldita seas, maldita, que lo que antaño fue dulce,
luego se hace bola y engorda.
"¡Bienvenido a la hora del té! Te estaba esperando. La Liebre acaba de llegar, y el lirón ya está roncando.": te dice el sombrerero. "Empezó a las siete en punto y un segundo":aclara la Liebre. "Hey, no te sientes, ¿quién te ha invitado?": te reprocha el sombrerero. "Habrá sido el lirón":contesta la Liebre. Y el sombrerero te mira y te dice: “Pero si los lirones no hablan. Solo cantan. Huy, detecto síntomas de locura. Sí, estás majareta, ¿pero te digo un secreto? Las mejores personas lo están.”
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