11 de octubre de 2015

Solo letras



Perdido entre las dunas del desierto, andando sin rumbo, sin nada más que yo y mi cuerpo. Pasan las horas, cae la noche y veo el cielo. Miles de estrellas parpadeantes están sobre mi y me siento infinítamente pequeño. Entonces una parece brillar más que las demás y decido seguirla. Me siento estúpido, es como si estuviese siguiendo una brújula escacharrada que no señala al norte, pero da igual, pues ya estoy perdido. Pasa el tiempo, viajo por las noches siguiendo esa estrella y no se por qué todavía no he muerto de sed y hambre. Cada día siento mis piernas más agarrotadas y cansadas, mi boca seca como una piedra y mi mente, bueno, de momento la conservo. El tiempo sigue su curso, a veces me gusta escuchar el tic-tac de las agujas del reloj de pulsera que llevo, y eso que antes odiaba ver cómo transcurrían los minutos y segundos, haciéndome vivir regido por ellos. O tal vez no. ¿Qué recuerdo? No recuerdo nada, solo recuerdo esto, este desierto. En ese momento me doy cuenta de que no sé quién soy. ¿Quién soy? ¿Qué hacía antes? ¿Cómo me llamo? De repente me acuerdo, solo soy una creación y mi único papel en esta vida es terminar esta historia. Ahora veo todo diferente, el desierto, las estrellas, mi cuerpo, solo son letras. Me agobio al pensar que solo soy eso. Un ser insignificante, más insignificante que cuando me sentí pequeño bajo las estrellas, sin ningún valor, sin mente, pues todo lo que pienso es fruto de lo que me hacen pensar, no, no soy nada. Decido dar patadas a este mundo, derrumbando de esta forma las arenas del desierto, las estrellas, mi yo, y de esta forma, esta historia.

1 comentario:

  1. Ciertamente... Todo personaje muere cuando se da cuenta de que es un personaje... Me gusta :) da qué pensar

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