En aquel lugar donde las pequeñas coloridas mariposas arrancan los ojos de los feroces leones, masticándolos, saboreando su dulce sangre roja, engulléndolos.
Allí donde los arrodillaros alzaron un día sus caras con valor, el fuego ya no quema sus cuerpos con dolor, sino que alienta los latidos de su corazón.
Los piratas cantan, navegando a los cuatro vientos, gritando y luchando, alzando sus espadas con honor, con la libertad siempre puesta a su favor.
Donde el dolor es inexistente, pues las bellas criaturas de las más profundas cavernas del averno lo erradican sin compasión.
Donde no existe el olvido, ni los intentos de ello, pues los recuerdos constituyen los tesoros más valiosos y preciados de todos los seres, tanto de los que viven, como de los que ya lo hicieron.
Allí, en aquel lugar donde estar despierta signifique seguir soñando, mi ser se dividirá en dos, y mi alma, en ambos entes presente, se librará de seguir despertando.
"¡Bienvenido a la hora del té! Te estaba esperando. La Liebre acaba de llegar, y el lirón ya está roncando.": te dice el sombrerero. "Empezó a las siete en punto y un segundo":aclara la Liebre. "Hey, no te sientes, ¿quién te ha invitado?": te reprocha el sombrerero. "Habrá sido el lirón":contesta la Liebre. Y el sombrerero te mira y te dice: “Pero si los lirones no hablan. Solo cantan. Huy, detecto síntomas de locura. Sí, estás majareta, ¿pero te digo un secreto? Las mejores personas lo están.”
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