31 de octubre de 2015

Estrella Fugaz

Cantando y mirando al cielo, vi una estrella fugaz. Eso me hizo saber que en algún lugar tú la hiciste brillar. Y por eso pedí un deseo. Por mi. Por ti. Por todos. Mi deseo, pedido y solo esperando a su cumplimiento.
Al día siguiente despierto, y me encuentro con un cielo rojo rubí, como si hubiesen molido hojas de amapolas y las hubiesen espolvoreado por el cielo. Mi deseo: ser feliz junto a ti. Y junto a ello la felicidad de toda la humanidad. ¡Oh deseo envenenado! ¿por qué no pude pedir otro? La felicidad humana. ¡Qué estúpida fui! Tú siendo mi astro, mi estrella, mi sol. Y cada uno con su estrella al la cual querer y adorar. Por mi culpa todas las estrellas se acercaron a la tierra hasta estar tan próximas que quemaron su superficie. 

Desesperada, salgo a la luz de los millones de soles. 

Mis lágrimas no existen.

Mis deseos, están malditos.

Y tú, mi vida estás junto a aquellos que me iluminan.

Por eso, me tumbo en el suelo abrasado y dejo que me lleven junto a ti.

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