Que todas las hojas aprendan a volar.
Que se desprendan de su vida pasada.
Que vuelen hacia la eternidad.
¿Qué es más divertido que eso?
Nada, no lo es nada.
Y que también aprendan a nadar,
así podrán llegar,
a través de agua a otro bello lugar.
Que aprendan a tener paciencia,
por que sólo cuando sea la hora, empezarán a volar.
Que aprendan ayuden a los demás,
que cuando el viento no esté,
necesitarán la suya para volver a volar.
Que aprendan a vivir,
será lo último que hagan en este mundo.
Que aprendan a aceptar la muerte,
para poder morir en la paz del ente.
Que aprendan, a fin y al cabo, a ser hojas.
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