7 de noviembre de 2014

Que aprendan

Sopla, viento, sopla.
Que todas las hojas aprendan a volar.
Que se desprendan de su vida pasada.
Que vuelen hacia la eternidad.
¿Qué es más divertido que eso?
Nada, no lo es nada.

Y que también aprendan a nadar,
así podrán llegar,
a través de agua a otro bello lugar.

Que aprendan a tener paciencia,
 por que sólo cuando sea la hora, empezarán a volar.

Que aprendan ayuden a los demás,
que cuando el viento no esté,
necesitarán la suya para volver a volar.

Que aprendan a vivir,
 será lo último que hagan en este mundo.

Que aprendan a aceptar la muerte,
para poder morir en la paz del ente.

Que aprendan, a fin y al cabo, a ser hojas.

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